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Cuando Rekia Foudel regresó como adulto a Níger, su país natal, notó algo que cambiaría su vida para siempre.
Encontró emprendedores climáticos por todos lados, pero solo unos cuantos conseguían el financiamiento que necesitaban.
Después de obtener un MBA en los Estados Unidos y de trabajar cinco años en finanzas corporativas, Foudel se sintió atraída por sus raíces.
“¿Qué sucede con los fundadores una vez que han creado capacidades?”, se preguntó a sí misma.
Esa pregunta la llevó a fundar el Fondo Barka, un grupo de inversión de impacto que atiende a nuevas, pequeñas y medianas empresas en toda la región de África subsahariana.
“Estoy brindando mi experiencia para recaudar capital de inversión destinado específicamente a emprendedores climáticos en África, particularmente en regiones como Níger y el Sahel, que tienen un enorme potencial, pero acceso limitado a canales tradicionales de financiamiento”, explica Foudel.
Su meta es lograr que la acción climática en África sea equitativa y efectiva. El Fondo Barka se dirige a las “empresas de nivel intermedio”, asegurando capital para empresas enfocadas en temas climáticos que son muy grandes para recibir microfinanciamiento, pero muy pequeñas para los inversionistas tradicionales.
También apoya a empresarios climáticos en etapas iniciales, particularmente empresas lideradas por mujeres y con participación joven: al menos 40 % de los programas del Fondo Barka están dirigidos por mujeres. En el 2024, los participantes de los programas recaudaron más de un millón de dólares en financiamiento.
Foudel también se ha desempeñado como directora de desarrollo de proyectos para el presidente de Níger, donde lideró a un equipo que obtuvo 437 millones de dólares en asistencia para el desarrollo del gobierno de Estados Unidos. Esta cantidad benefició a cuatro millones de personas por medio de iniciativas resilientes al clima tales como la mejora en el acceso a caminos, infraestructura de mercado y mayor acceso a agua para uso agrícola.
“Creo que el momento decisivo que se necesita en las finanzas es el reconocimiento y apoyo sistemático de soluciones climáticas lideradas localmente, particularmente en las regiones más vulnerables al cambio climático”, asegura.
“Esto significa ir más allá de los modelos tradiciones de inversión para crear vehículos financieros que combinen asistencia técnica y capital flexible, y que permitan que los emprendedores locales amplíen sus soluciones”, dice Foudel.