Flamingoes in the salt marshes near the mangroves in Doha, Qatar. CIAT/Neil Palmer

Nota Conceptual de la Década de las Naciones Unidas para la Restauración de Ecosistemas 2021-2030

Iniciativa propuesta por El Salvador
06 septiembre 2018

Iniciativa propuesta por El Salvador con el apoyo de los países del Sistema de Integración Centroamericana (SICA), Nota Conceptual

Durante la reunión de alto nivel del Desafío de Bonn (Bonn Challenge) 3.0 realizada en Brasil, en marzo de 2018, El Salvador expresó su intención de buscar la declaración de la “Década de las Naciones Unidas para la Restauración de Ecosistemas 2021 – 2030”. Esta nota conceptual establece el contexto, razón de ser y propósito de esta iniciativa, a fin de darla a conocer a los miembros de la comunidad internacional, incluyendo actores gubernamentales y no gubernamentales, agencias de las Naciones Unidas y sociedad civil.

RESTAURACIÓN DE ECOSISTEMAS

La restauración de ecosistemas está dirigida a apoyar la recuperación de ecosistemas degradados, dañados y destruidos con la finalidad de recuperar la funcionalidad ecológica y la provisión de bienes y servicios que las personas valoran. La restauración de ecosistemas, promovida a través de esta propuesta de Década de Naciones Unidas, se enfoca en paisajes con diferentes usos de tierra que se interactúan, y en donde las prioridades ecológicas, sociales, y de desarrollo pueden encontrar un balance. Las actividades de restauración refuerzan la conservación, recuperación y manejo sostenible de ecosistemas, incluyendo facilitar la conectividad de paisajes. La restauración de ecosistemas a través de la perspectiva de paisajes incluye un manejo adaptativo, asegurando la resiliencia del paisaje a largo plazo.

PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

De acuerdo con el último reporte del IPBES, la degradación causada por las actividades humanas está impactando negativamente el bienestar de al menos 3.2 billones de personas, con un costo de más del 10% del producto bruto anual en pérdidas de biodiversidad y servicios ecosistémicos. Los impactos significativos de la degradación de ecosistemas afectan la biodiversidad y la productividad de la tierra, especialmente en áreas vulnerables en África sub-sahariana, el sudeste Asiático y Latinoamérica. Por ejemplo, en estas áreas y a nivel global, el área de bosques ha sido reducida en 100 millones de hectáreas desde el año 2000. La cobertura vegetal está decreciendo de manera constante, afectando tierras de cultivo, tierras forestales, pastizales, praderas, y en algunos casos, la desertificación se ha convertido en la nueva realidad del paisaje. Los humedales han sufrido una reducción del 70% en la última década. Revertir esta realidad es posible. La restauración de ecosistemas puede generar beneficios tangibles que incrementarán la seguridad alimentaria e hídrica, contribuirán a la mitigación y adaptación al cambio climático y el abordaje de los riesgos asociados, como por ejemplo, los conflictos armados y la migración. Invertir en la restauración de ecosistemas ha probado generar beneficios diez veces más altos que la inversión inicial, mientras que el costo de la inacción es al menos tres veces más alto que la restauración activa de ecosistemas. Aunque hay muchos ejemplos concretos de restauración de ecosistemas a través del mundo, éstos no son suficientes para generar el impacto transformacional necesario a nivel global, requiriendo una mayor coordinación y búsqueda de sinergia.

CONSTRUYENDO LA DÉCADA

La restauración de ecosistemas es reconocida por convenciones y acuerdos internacionales como un esfuerzo clave para lograr sus metas, incluyendo los ODS, el Plan Estratégico para la Biodiversidad 2020 y sus Metas de Biodiversidad Aichi, la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, la Convención de las Naciones Unidas de Lucha Contra la Desertificación y la Meta de Neutralidad en la Degradación de la Tierra, la Convención Ramsar, y el Plan Estratégico de Bosques 2017 – 2030. Como tal, se necesita un esfuerzo concertado para restaurar los ecosistemas a fin de lograr un mayor impacto en los paisajes a largo plazo.

Esto fue ampliamente reconocido durante el último Foro Político de Alto Nivel sobre los ODS en julio de 2018, donde los países reconocieron la necesidad de aumentar la eficiencia en el uso de los recursos incluyendo los sistemas alimentarios sostenibles que restauran los recursos naturales y apoyan los medios de vida. Asimismo, los países reconocieron que es necesario tomar medidas urgentes y rápidas para minimizar y revertir la pérdida de hábitats, la desertificación y el cambio en el uso de la tierra. En este contexto, se asumió un compromiso voluntario para la implementación de la gestión sostenible de todos los tipos de bosques, detener la deforestación, restaurar bosques degradados, e incrementar sustancialmente forestación y reforestación a nivel global para el 2020 (Párrafo 27 de la Declaración Ministerial del HLPF 2018). Estas actividades contribuyen al Desafío de Bonn, lanzado en 2011 para llevar a la restauracion150 millones de hectáreas de tierras deforestadas y degradadas del mundo para el 2020, y 350 millones de hectáreas para el 2030, lo que fue posteriormente respaldado por la Declaración de Nueva York sobre Bosques.

El Salvador, junto con otros 48 países, jurisdicciones subnacionales y organizaciones, han establecido compromisos de restauración por más de 160 millones de hectáreas al Desafío de Bonn. Los procesos políticos regionales y las plataformas de cooperación técnica en Asia, África, Latinoamérica, el Mediterráneo y las regiones del Cáucaso y Asia Central están generando impulso adicional para la restauración y proveen de plataformas para reforzar la implementación.

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y ONU Medio Ambiente brindan apoyo a esta propuesta de la Década de las Naciones Unidas para la Restauración de Ecosistemas 2021 – 2030. Ellos trabajarán junto con otras agencias de las Naciones Unidas, secretarias de convenciones y otros organismos, así como con otras organizaciones internacionales para apoyar la iniciativa de El Salvador para esta Década.

Esta propuesta tiene como objetivo crear un marco de acción para dinamizar acuerdos y compromisos existentes. La propuesta del establecimiento de esta Década no busca crear nuevos compromisos, sino impulsar esfuerzos actuales que están siendo llevados a cabo bajo diversos regímenes regionales e internaciones vinculantes y no vinculantes, sin implicaciones presupuestarias y respetando los mandatos existentes de las agencias de las Naciones Unidas.

LA OPORTUNIDAD

La comunidad global necesita intensificar su ambición de restaurar todos los ecosistemas incluyendo los bosques, los pastizales, las tierras de cultivo, los humedales, las sabanas, y otros ecosistemas terrestres y de aguas dulces, ecosistemas marinos y costeros, y según proceda, los ambientes urbanos.

Un vigor renovado y compromiso son necesarios para lograr la restauración transformacional de los ecosistemas. La participación, esfuerzos y acciones de los países, la comunidad internacional, sociedad civil, el sector privado y otros actores necesitan ser re-evaluados y replanteados de manera conjunta. Esto permitirá abordar de manera integral las interdependencias de los ecosistemas, las necesidades humanas y la biodiversidad a través de una visión de paisaje, activando un progreso acelerado al ritmo y escala necesarios para mantener y restaurar ecosistemas, logrando un mayor equilibrio entre bienestar social, la vida en la Tierra, y un crecimiento económico sostenible.

La Década de las Naciones Unidas para la Restauración de Ecosistemas 2021 – 2030, propuesta por El Salvador, con el apoyo de los países del Sistema de Integración Centroamericana (SICA), permitirá la generación de diversas corrientes estratégicas que impulsarán acción:

  • Visión común donde la restauración de los ecosistemas son una prioridad a nivel global, regional, nacional y local, acelerando la reversión de la degradación en los ecosistemas, donde la conectividad de paisajes y las funciones ecológicas se recuperan y se fortalecen.
  • Integración de la restauración de ecosistemas en políticas y planes para abordar los actuales desafíos del desarrollo a nivel nacional originados por la degradación de las tierras, la pérdida de biodiversidad y vulnerabilidad al cambio climático, creando en su lugar, oportunidades para que los ecosistemas aumenten su capacidad adaptativa, mantengan sus medios de vida y logren la estabilidad de las actividades económicas en el paisaje.
  • Facilitar sinergias y una visión holística de cómo lograr diferentes compromisos internacionales y prioridades nacionales a través de la restauración de ecosistemas y paisajes, dado el potencial de ecosistemas plenamente funcionales para generar una amplia gama de beneficios.
  • Cooperación y movilización de recursos dirigida a incrementar el flujo de recursos financieros, tecnologías, conocimiento y desarrollo de capacidades de países y jurisdicciones que buscan cumplir compromisos internacionales, ODS y metas nacionales a través de la implementación de restauración de ecosistemas en el terreno y en escala.
  • Fomentar compromisos concertados entre fuentes de financiamiento, gobiernos, sociedad civil, sector productivo y sector privado para abordar los cuellos de botella que impiden el escalamiento de sistemas productivos eficientes en el uso de recursos, y que a la vez, restauran ecosistemas degradados.
  • Generar un mayor número de alianzas e inversiones a favor de los pequeños productores que generan el valor más significativo de los productos provenientes del uso de la tierra y quienes pueden realizar unan contribución substancial a la restauración de ecosistemas en el contexto de una economía resiliente.
  • Sensibilizar sobre la importancia de tener ecosistemas funcionales para el bienestar humano y para las actividades productivas, logrando una comprensión plena –en todos los niveles- de la relación, dinámica e impacto del funcionamiento de los ecosistemas en el desarrollo local y la sostenibilidad económica de la sociedad como un todo.

Gracias a los esfuerzos actuales para desarrollar herramientas y protocolos de monitoreo para las actividades de restauración de ecosistemas, los beneficios resultantes durante esta Década de las Naciones Unidas serán monitoreados a nivel nacional e internacional. Esto se traducirá en una contribución a los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la Agenda 2030, particularmente el ODS 15 y apoyará significativamente el logro del ODS 2 (Cero hambre), ODS 6 (Agua limpia y saneamiento), ODS 12 (Consumo y producción responsable), ODS 13 (Acción para combatir el cambio climático) y SDG 14 (Vida bajo el agua).

El Salvador llama a todos los Estados miembros de las Naciones Unidas, incluidos miembros del Desafío de Bonn, iniciativas regionales relacionadas, y otros países que lideran y participan en iniciativas de restauración de ecosistemas, a apoyar y copatrocinar la propuesta de proclamar la Década de las Naciones Unidas de Restauración de Ecosistemas 2021 – 2030, durante la próxima 73a sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas.

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