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A pesar de que el enfoque de Una Sola Salud ya estaba en marcha para prevenir la pandemia del COVID-19 incluso antes de su estallido, pocos habían oído hablar de su existencia. Sin embargo, aun si logra su cometido por el cual fue diseñado –cuando surgió a principios de la década de 2000–, es decir prevenir pandemias globales al integrar los campos de la salud humana, animal y ambiental, no recibirá reconocimiento alguno, ya que su labor es como la de un agente secreto que detiene una gran catástrofe antes de que se produzca.
Jonna Mazet, quien en muchos sentidos se encuentra a cargo del enfoque Una Sola Salud, es igualmente humilde acerca de su propia carrera en puestos de liderazgo en los campos científico y de la salud. “No comencé mi carrera pensando ‘¿Qué puedo hacer para convertirme en una lideresa científica?’”, rememoró en una entrevista con Landscape News. “Mi marco de referencia no lo permitía y mi visión era muy diferente y, algunos dirían, ingenua. Más bien, lo que pensé fue: ‘¿Cómo puedo contribuir, aunque sea un poquito, a salvar el mundo?’”.
Esto implica no solo investigación de laboratorio y de campo de alto riesgo e innovación farmacéutica, sino también conservación ambiental y restauración de paisajes degradados, que es donde a menudo ocurre la propagación de enfermedades de los animales a los humanos.
Miembro de la prestigiosa Academia Nacional de Medicina de los Estados Unidos desde 2013, Mazet forma parte de la junta directiva del Global Virome Project, la preeminente iniciativa para la identificación y prevención de brotes de enfermedades infecciosas emergentes, y codirige un proyecto educativo de USD 85 millones financiado por USAID para empoderar a los profesionales de la salud en África y el Sudeste Asiático. Anteriormente, se desempeñó como directora ejecutiva del Proyecto PREDICT, financiado con USD 200 millones, también por USAID, para dar alertas tempranas sobre la aparición de virus. Este proyecto descubrió más de 160 nuevos coronavirus en 35 países, y además detectó más de 500 variantes o cepas de coronavirus de murciélago en China en la última década.
De hecho, los científicos de Una Sola Salud estuvieron cerca de identificar el SARS-CoV-2 antes del brote de la enfermedad, y trabajan sin descanso para hacer lo propio con cualquier amenaza viral capaz de convertirse en la próxima pandemia.
“Tenemos que integrar la ciencia, la salud, la comunicación, la economía y otros campos, y generar confianza para establecer un sistema preparado y resiliente que proteja la salud de todos. Lo hermoso de esto es que, si lo hacemos bien, contaremos con factores impulsores ambientales y sociales en favor de la salud del planeta, que también pueden tener impactos positivos en muchos otros problemas cruciales, como el cambio climático”, señaló. “Debemos reconocer que la devastadora tragedia de la pandemia nos ha dado la oportunidad de unirnos y hacer las cosas de manera distinta. No podemos permitirnos volver a llegar a una situación como esta nuevamente”.