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Hubo un suspiro de alivio colectivo en el sector climático cuando el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, firmó una orden ejecutiva que devuelve a su poderosa nación al Acuerdo de París sobre el cambio climático, junto con otras órdenes para restringir nuevas concesiones de petróleo y gas y expandir el sector de energía sostenible del país.
Pero Varshini Prakash, de 27 años, aún sigue conteniendo la respiración, y tal vez lo haga por un tiempo más. Sus expectativas de justicia climática van mucho más allá de papeles firmados y tienen que ver con aquello por lo que el movimiento juvenil del clima ha estado faltando a la escuela, haciendo carteles, manifestándose y haciendo campaña mediante peticiones: un cambio real y radical, en el que las cosas nunca vuelvan a ser las mismas de antes.
De origen indio-estadounidense, Prakash es directora ejecutiva y cofundadora del Movimiento Sunrise, que desde su creación en 2017 ha crecido hasta convertirse en uno de los mayores movimientos de acción juvenil para detener el cambio climático y apoyar el Nuevo Trato Verde. Durante su periodo al frente del movimiento, lideró una protesta pacífica en la oficina de la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, días después de las elecciones de mitad de período de 2018 en los Estados Unidos, evento que se convirtió en una suerte de pararrayos publicitario y al que se unió también la entonces representante electa Alexandria Ocasio-Cortez.
Junto con todo su activismo previo, este evento consolidó a Prakash y al Movimiento Sunrise como, más que un simple movimiento, un órgano de vigilancia activa, quizás más de los demócratas que de los conservadores, pues Prakash vio que muchos líderes del partido liberal consideran el cambio climático como un tema políticamente controvertido y tienen miedo de abordarlo.
Sin embargo, no ve a los políticos como enemigos. “Es un momento de poner todos manos a la obra para detener la crisis climática”, dijo Prakash en un evento del GLF Live sobre justicia climática el año pasado. “Seamos claros al respecto: los jóvenes no podemos hacer esto solos, definitivamente necesitamos aliarnos con otras generaciones”.
Parece ser una progresión casi natural que termine ocupando un cargo político. Durante la campaña de 2020 del presidente Biden, formó parte de su grupo de trabajo climático junto con Ocasio-Cortez y el actual enviado presidencial especial para el clima John Kerry, para la elaboración de la agenda sobre el clima del entonces candidato. Prakash lo describió como una “experiencia surrealista” en la revista del Washington Post, a pesar de que al hacerlo estuvo cerca de entrar en un conflicto de intereses con su propia organización.
Si termina a cargo de las políticas sobre el clima, o en un puesto similar, gran parte del cambio que impulsará decididamente se relacionará con la inclusión de voces más diversas, como la suya.
“Muchas de las cosas que Greta Thunberg ha dicho las vienen diciendo numerosos líderes indígenas, negros y marrones, en especial de naciones insulares, desde hace mucho tiempo”, dijo en un GLF Live. “Y, sin embargo, no han tenido ni de lejos el mismo reconocimiento”.
“Quienes están más cercanos al dolor pueden hablar con mayor claridad sobre las soluciones que necesitamos. Es absolutamente fundamental que esas personas tengan un lugar en nuestros movimientos, de lo contrario tendremos importante puntos ciegos”.